J. Guayerbas / Toledo
‘Eloísa está debajo de un almendro’ de Enrique Jardiel Poncela (1901 – 1952) regresa este fin de semana a un escenario y lo hace como estreno nacional en el Teatro de Rojas. Dirigida por Mariano de Paco Serrano cuenta con la versión de Ramón Paso -bisnieto de Enrique Jardiel Poncela- y la dirección de arte de Felype de Lima. Y es que el teatro de Mariano de Paco Serrano no se entiende sin la estética que Felype de Lima impregna a sus creaciones. En este caso, convierte el escenario en un gran cubo de luz rodeado de paredes de grafito en el que sucede la acción. Mantener al público que sigue al dramaturgo madrileño del siglo XX y ganar al público joven que es, en definitiva, el espectador del presente y del futuro. Este es el objetivo del director que en 2017 viajará a Nueva York con ‘El caballero de Olmedo’ que tantas satisfacciones le ha reportado.
A 24 horas del estreno, Mariano de Paco Serrano hace un hueco en su agenda para recibir a elCulturalCLM. Lo hace en el Teatro de Rojas, en cuyo escenario se ultima la escenografía y se prueban los cambios de luz. Todo está preparado para que el teatro español celebre a uno de los suyos. Enrique Jardiel Poncela y su Eloísa comienzan una nueva andadura donde lo clásico y lo contemporáneo avanzan de manera decidida en pro de la cultura.
Un autor clásico y ‘de los nuestros’. ¿Cómo es esto?
(Risas). La verdad es que somos unos valientes. La idea surge en 2013 cuando Ernesto Caballero me propone para dirigir ‘Carlota’ de Miguel Mihura. Ernesto Caballero tiene una visión sobre este tipo de autores y textos muy parecida a la mía, y es que son autores que hay que reivindicar, que debemos hacer y que tienen que estar en las carteleras constantemente, y esto no se está haciendo así. Además, considero que son autores que habría que hacer de otra manera. Este ‘de otra manera’ no porque yo crea que he inventado la pólvora, sino que los textos son tan absolutamente completos en su construcción y en la enumeración de los espacios escénicos que los directores a veces se han visto limitados por lo que decía el autor que tenía que ser. Jardiel era un autor que en su época estaba rompiendo las estructuras tanto dramatúrgicas como espaciales, inventó un modelo de teatro, giratorio, para hacer los cambios de escenografía. Eran absolutos innovadores, lo que pasa es que desde esa época, desde el siglo XX, hasta ahora, estas obras se han representado como ellos lo hacían. Ahí es donde entra esa ‘otra manera’ de la que hablo. Son obras que se desarrollan casi siempre o en una casa o en un salón o habitación, y los elementos que no fallan son la mesa, la silla y el sofá… y a mí me parecía que la plástica de los espectáculos se había quedado anclada en esa época en la que se escribieron por lo que decidimos dar el primer paso con ‘Carlota’, para ello hicimos un espectáculo mucho más cinematográfico en el sentido moderno de la palabra.
Y ahí es cuando conoce a Ramón Paso, el bisnieto de Enrique Jardiel Poncela.
Sí. Ramón es un pilar fundamental del proyecto junto a Felype de Lima, mi director de arte. Un buen día Ramón me comenta que quiere para Jardiel lo que yo había hecho en ‘Carlota’. Pedimos los derechos de autor de ‘Eloísa está debajo de un almendro’, una obra que se ha hecho muy poco, en 1984 por José Carlos Plaza con un montaje brillantísimo y en 1991 en el Teatro Español, y no se ha vuelto a hacer como un gran montaje. Y ahí empieza esta travesía por el desierto de conformar un gran proyecto como éste que pasa por diferentes teatros de Madrid, no cuaja, hasta que aparece el tercer elemento: Graciela Huesca y Carmen García, las que han posibilitado que esto sea realidad. Aún no lo creo, una compañía privada llega y te dice sí, hacemos ‘Eloísa’ y con 10 actores.
Podemos decir que es una auténtica locura viendo el panorama cultural de hoy en día.
Son momentos complicados en los que se hacen espectáculos con repartos muy reducidos, pero ellas han tomado como ventaja hacer un espectáculo grande que no está haciendo todo el mundo, y eso es lo que nos diferencia, entre otras cuestiones.
Y cuál es la sensación previa al estreno.
La verdad es que no sabíamos que iba a ir tan bien. Tenemos el estreno en Toledo este fin de semana y después vamos a Guadalajara, de allí a Murcia y entramos en la Comunidad de Madrid para actuar en diferentes municipios. Además, haremos temporada en Valencia, y ojalá nos tiremos un año de gira y entremos en Madrid a un teatro estupendo.
¿Qué va a encontrar el espectador?
El espectador va a encontrar a Enrique Jardiel Poncela. La minuciosa labor dramatúrgica que ha hecho Ramón Paso es fabulosa, a eso sumamos el planteamiento plástico desde el mundo inverosímil que nos presenta el propio Jardiel. Hemos creado un mundo inverosímil contemporáneo en el que los personajes se mueven, y como no podemos llenar un escenario de muebles hemos buscado una solución con un gran cubo de luz con paredes de grafito y diez sillas rojas y una negra, sin obviar la cama de uno de nuestros personajes, Edgardo. También hemos jugado con la creación del vestuario, rezuma clasicismo pero no es clásico, es una invención inverosímil del interior de cada personaje, puesto que el objetivo es extrapolar ese mundo inverosímil de Jardiel y crear nuestro mundo inverosímil con el texto íntegro del autor.
Valientes en todos los sentidos, ¿no?
Somos valientes, sí (risas) y en todos los sentidos, también. Para dedicarse a esto hay que ser valiente. No comparto que el teatro sea un trabajo en el que tengamos que estar siempre lloriqueando, no. En lo personal da grandes satisfacciones y en lo profesional, y a veces también en lo económico. Es cierto que a veces se pasa mal, pero otras se gana dinero y vives bien. Esta cosa de ‘ay, ay, ay’ tampoco es cierta, el teatro como profesión es como la vida misma y va más allá. El teatro te permite vivir unos universos que otras profesiones no te permiten. Somos valientes en el planteamiento de producción y en el planteamiento estético, creo que va a sorprender.
Teatro clásico con matiz contemporáneo. ¿Por qué?
Desde un principio planteamos mantener al público que ya sigue a Jardiel y generar un público nuevo, joven, que nos llene los teatros viendo a un clásico, pues no sólo son futuro, son el espectador presente. Hay que dar con las claves para atraer a este público joven. Si los jóvenes ven ‘Juego de Tronos’, y a mí me encanta, cómo no les va a gustar ‘El Caballero de Olmedo’. Hay que darles las claves contemporáneas que les enganchan. El teatro de hoy debe hacerlo.