J. Guayerbas / Toledo
La Casa del Temple, que este sábado abre a través del Consorcio para mostrar los últimos trabajos de restauración en los alfarjes y vigas, de las más antiguas de España con inscripciones cúficas, acogerá a partir del verano un pequeño museo en el que se expondrán los hallazgos arqueológicos de las diferentes intervenciones que se han realizado en el inmueble desde su compra en 1994 por Amador Valdés.
Precisamente ha sido el propietario de la finca el que ha avanzado hoy que el proyecto museístico en el que lleva trabajando varios años podría abrir sus puertas en torno al Corpus, en el mes de junio. Un pequeño museo con afán didáctico que a modo de centro de interpretación explicará a los visitantes las características de este espacio cercano al Alcázar.
Unas características únicas
El propietario de este antiguo palacio islámico, declarado Bien de Interés Cultural, ha asegurado a los medios que con toda probabilidad esta sea la casa más antigua de Toledo mejor conservada, en la que destacan sus zócalos de pinturas bicromas y sus estructuras de madera, «las mejores conservadas in situ del país», en las que han aparecido policromías ocultas gracias a la última restauración.
Por su parte, el gerente del Consorcio de Toledo, Manuel Santolaya ha explicado que se trata de un espacio excepcional que tiene relación con el palacio de la Aljafería de Zaragoza y la iglesia de San Millán de Segovia, y que incluso, alguna de sus piezas, en concreto una alacena mudéjar, se encuentran en museos internacionales, como el Museo Británico.
La empresa encargada de hacer las obras de restauración del alfarje y vigas ha sido Acero 1 y han estado dirigidas por la arquitecta María Teresa Simoes, el arquitecto técnico Juan Francisco Serrano y el restaurador Ramón Cano Picó. La intervención, que ha durado cuatro meses, ha contado con un presupuesto de 40.000 euros.
Toledo, Ciudad Patrimonio de la Humanidad
De otro lado, la concejala de Turismo, Rosana Rodríguez, ha dicho que uno de los objetivos del 30 Aniversario es precisamente «abrir espacios desconocidos para el disfrute de los toledanos y también de los turistas que nos visitan», y que gracias a la «magnífica labor» del Consorcio en este espacio «podemos conocer una representación de la arquitectura civil de los siglos XI y XII salvada después de tantos siglos de historia, llegando a nuestros días con todo lujo de detalles».