Dos piezas singulares para el Museo del Ejército

Se trata de un carro de combate y de un cañón de la fábrica de artillería de Trubia

Una de las piezas es un carro de combate T-26, en la imagen. / EC

EC / Toledo

El Museo del Ejército ha incorporado a su exposición permanente dos nuevas piezas. Se trata por un lado, de un carro de combate T-26 que, aun siendo parte de los fondos del propio Museo, estaba depositado en la Brigada Acorazada ‘Guadarrama XII’ y que una vez restaurado y pintado en sus colores originales puede visitarse en los jardines del museo.

Este carro T-26 fue desarrollado en la Unión Soviética a finales de la década de los 20, tomando como modelo el Vickers 6 británico.

Su producción alcanzó más de 11.000 unidades en sus diferentes versiones. Participó durante algunas de las primeras operaciones de la Segunda Guerra Mundial, como en la invasión a Polonia, la Guerra de Invierno con Finlandia, así como en la invasión alemana de la URSS hasta que fue sustituido por el T 34.

Los 50 primeros T-26 para la República llegaron a España el 15 de septiembre de 1936 llegando hasta un total de 281. Participó por primera vez en octubre de 1936 en la ofensiva sobre Seseña (Toledo) y posteriormente en las batallas de Jarama, Guadalajara, Brunete, Teruel, Belchite y Ebro.

La otra pieza, ubicada en el patio de Carlos V, es un cañón 75/22 modelo 1941 de la fábrica de Artillería de Trubia (Asturias) y proveniente de la base de Argoncillo (La Rioja).

Es una pieza de artillería de montaña que podía ser remolcada o transportada a lomo despiezada. La cureña es reutilizada del Obús Schneider 105/11.