
J. Guayerbas / Toledo
Carlos Barrio es el arqueólogo responsable del proyecto de recuperación de los restos arqueológicos de Navarro Ledesma con Amador de los Ríos, un programa que comenzaba hace dos meses a través del Consorcio de Toledo. Esta mañana, en la visita a las obras, ha comentado que la galería abovedada, de 30 metros de largo y 4 de ancho, recorre varios edificios bajo el suelo de la ciudad y presenta un trazo urbanístico que nada tiene que ver con el actual del Casco Histórico.
El arqueólogo, aunque no ha querido desvelar las líneas de investigación que se siguen para datar con certeza la galería y su uso histórico, sí ha explicado que desde su punto de vista forma parte de la urbanización de la ciudad, ya que este tipo de bóvedas, indicaba, suelen pertenecer a grandes edificios públicos de la época romana.

El espacio, que se podrá visitar en los próximos meses con las rutas Patrimonio Desconocido del Consorcio, se ha venido usando desde tiempos pretéritos a la actualidad. En este sentido, Barrios ha apuntado que con toda probabilidad el espacio que existe sobre la galería fue en época medieval un establo, pues hay huella de ese uso, al igual que como capilla y refugio durante la Guerra Civil.
Una fotografía confundida con el Circo Romano
De otro lado, y a modo de anécdota, el arqueólogo ha dicho que una fotografía de este espacio ha aparecido en publicaciones toledanas confundiendo este enclave de Amador de los Ríos y Navarro Ledesma con los carceres del Circo Romano.