J. Guayerbas / Toledo
Primero fue la gestión del alquiler de sillas, sin regular, una situación solventada gracias a una propuesta del Grupo Municipal Ciudadanos que permitirá a partir de este Corpus hacerse con un asiento de los que se disponen en diferentes tramos de la Carrera Procesional, previo pago, a través de internet.
Desde ayer una nueva polémica sacude a la Semana Grande de la Ciudad en redes sociales, en Facebook. La supuesta prohibición de levantar altares en el recorrido procesional no ha sentado nada bien a juzgar por los comentarios que se han desatado en varios grupos de esta comunidad que no llegan a entender este veto a las arquitecturas efímeras que en el siglo XXI vienen montándose desde el año 2009, primero en la Plaza Marrón y más tarde en la Plaza Padre Juan de Mariana.
Altar eucarístico levantado en el año 2009 en la Plaza Marrón.
Asimismo, los toledanos exigen una explicación y quieren conocer de dónde viene esta prohibición. Para muchos de ellos un error, un grave veto a estos altares en los que se ha venido exponiendo patrimonio y arte religioso tan importante y exquisito.
Por ejemplo, el año pasado en la Plaza Padre Juan de Mariana se pudo disfrutar de los santos Cosme y Damián flanqueando a la Virgen de la Candelaria, tres imágenes de la Iglesia del Salvador en la collación de Santo Tomé a las que se sumaron piezas de colecciones particulares, del convento de Las Jerónimas de Madrid, y de la también madrileña Iglesia de San Ginés.
¿De dónde parte la prohibición?
Esta prohibición sólo tiene tres posibles emisores: la institución eclesiástica como son el Arzobispado y el Cabildo de la Catedral Primada, el Ayuntamiento con el equipo de Gobierno a la cabeza, o la Junta Pro-Corpus ‘municipalizada’ en extremo con Juan Carlos Fernández-Layos como presidente quien además ostenta la responsabilidad de los programas de Empleo del Ayuntamiento, de los que dependen, entre otras cuestiones, la decoración de la Carrera Procesional con pendones, reposteros, banderolas, espadería y elementos de forja.
¿De dónde ha partido la orden? Aún se desconoce y los toledanos quieren saber, quieren conocer quien ha censurado la instalación de los altares eucarísticos en los que sólo primaba la exquisitez, el buen gusto y la mesura.
Por cierto, altares a coste cero. Estas arquitecturas efímeras en las que se disfrutaba de todo un alarde de buen gusto -no como en ciertos tramos de la Carrera Oficial donde la mesura en cuanto a decoración floral ha permanecido ausente hasta la recuperación del clasicismo en 2016 con un trabajo excelente por parte de la Asociación Provincial de Floristas– han partido siempre de un grupo de toledanos y de su entorno de amistades foráneas con el único fin de engrandecer la fiesta, ya de por sí bella, del Corpus Christi de Toledo.