J. Guayerbas / Toledo
Una exposición en la que han participado 40 prestatarios y para la que se han restaurado numerosas piezas gracias a la inversión realizada por el Gobierno de Castilla-La Mancha y el Ministerio de Defensa. ‘Cervantes, poeta y soldado’ abre sus puertas en los museos del Ejército y de Santa Cruz hasta el próximo 30 de abril con la posibilidad de prórroga al mes de mayo.
El Museo de Santa Cruz recupera el crucero superior para exposiciones temporales. El discurso comienza en la Sala del Toisón, donde el pseudoartesonado del espacio vuelve a lucir tal y como se concibió tras la restauración realizada durante el verano. Aquí se puede visionar uno de los dos audiovisuales de la muestra que cuenta con red Wifi para que el visitante descargue sin problema la aplicación con la guía de la exposición.
Como explicaba Germán Dueñas, comisario del proyecto, en el museo de la calle Cervantes se abordan cuatro cuestiones en torno a este literato universal. La primera de ellas el contexto histórico internacional y social de la época. Para ello se expone, entre otras piezas, el lienzo de fray Rafael Romero ‘El beato Lorenzo de Brindis’ (siglo XVIII) junto a una armadura de guerra a caballo del XVII de la Colección Duque del Infantado.
Ambas piezas son fondos del Museo de Santa Cruz y del Museo del Ejército que por primera vez se muestran en conjunto para que el espectador vea en tres dimensiones el objeto real que en este caso el pintor plasmó en la escena, la media armadura.
Este óleo sobre lienzo ocupó el altar mayor de la iglesia del desaparecido Convento de Capuchinos Calzados de Toledo y fue visto en 1845 por Amador de los Ríos junto a otros muchos procedentes de conventos desamortizados en el convento toledano de San Pedro Mártir. Como indica el historiador José Domingo Delgado Bedmar, el lienzo llamó la atención de Amador de los Ríos por la indudable calidad que presentaba y por estar firmado por un desconocido ‘fray Rafael Romero, capuchino’, que quizá lo realizaría con ocasión de la beatificación de fray Lorenzo por el Papa Pío V en 1783. Canonizado en 1881, fray Lorenzo de Brindis fue declarado doctor de la Iglesia en 1959.
La exposición se sucede entre conversaciones de objetos. Así, en el espacio que Dueñas dedica a la obra de Cervantes se puede contemplar una edición de Antonio de Sancha de 1784 de ‘La Numancia’ procedente de una colección privada junto a tres armas de la necrópolis celtibérica de Uxama (El Burgo de Osma) que datan de finales del siglo III a.C. a inicios del siglo II a.C.
Interesante el óleo sobre lienzo de la reina Isabel de Valois firmado por Juan Pantoja de la Cruz en torno al año 1605 de la colección del Museo Nacional del Prado. Una obra que conversa con el traje supuestamente donado por Isabel de Valois al Imperial Monasterio de San Clemente de Toledo. Sin duda, una joya de la que ya se disfrutó en la exposición ‘La moda española en el Siglo de Oro’ y que regresa una vez más al Museo de Santa Cruz abandonando por unos meses la clausura de las hermanas cistercienses bernardas.
La muestra también recoge en el Museo de Santa Cruz a Miguel de Cervantes como personaje histórico, desde el lugar en el que nació, hasta sus viajes tras la Corte española, sin obviar un guiño a su etapa militar, su estancia en prisión y su trabajo como aposentador de galeras.
La exposición finaliza en esta primera sede con su etapa final, el éxito de El Quijote y su muerte. Aquí es de gran belleza una escultura de Cristo yacente conocido como el ‘Cristo de las Ermitas’, anónima de principios del siglo XVII del convento de Santa Isabel de los Reyes de Madres Clarisas Franciscanas de Toledo.
Un militar glorioso para el Ejército
Como indicaba Dueñas, en la sede del Museo del Ejército se presenta al Cervantes soldado de la Infantería española. El espectador encontrará las claves del porqué se alista y embarca con la Santa Liga para combatir e impedir el avance del Imperio Otomano, así como el capítulo biográfico en el que fue capturado por piratas berberiscos en el año 1575 cuando volvía a Italia frente a las costas catalanas. «Permaneció preso cinco años y medio en Argel en duras condiciones», indicaba el comisario de la muestra.
Allí, en Argel, Cervantes intentó escapar hasta en cuatro ocasiones en compañía de personajes relevantes hasta que fue rescatado por las gestiones de su madre, Leonor de Cortinas, y por los frailes trinitarios, quienes reunieron una importante suma para su liberación. «Cervantes tiene una vida muy normal, habitual de un hombre de la época, de hecho su hermano Rodrigo llevaba una vida paralela, muy similar», comentaba.
En la sala de exposiciones temporales del Museo del Ejército se pueden ver alrededor de 130 piezas, entre las que se encuentran la maza de Ali-Baja o una bandera de una compañía de Tercios de las más antiguas que se conservan en el museo y representativa de la época gloriosa de los Tercios. La exposición finaliza con una retrospectiva de Cervantes como uno de los soldados «más gloriosos para el Ejército» a partir del siglo XIX.