J. Guayerbas / Toledo
Es de Valladolid afincado en Madrid. Jorge Calvo es actor de cine, televisión, teatro… incluso se atrevió con su propio show, un concierto íntimo que bautizó como ‘El difícil equilibrio’. Los lectores le recordarán por su faceta televisiva, pero detrás de Jorge Calvo, de Tato el sobrino de Manolo en ‘Manos a la obra’, se encuentra un vallisoletano curtido entre bambalinas y sobre las tablas de los grandes escenarios. Esta noche llega a Toledo con ‘Invencible’. Una obra, o mejor dicho, un retrato de la sociedad que firma el británico Torben Betts bajo la batuta argentina de Daniel Veronese.
Viendo su currículum responde a una vorágine interpretativa en la que no falta de nada: Cine, televisión, teatro, musical… ¿en qué momento se encuentra?
La verdad es que estoy en un momento muy dulce, ahora con ‘Invencible’. Es un proyecto muy deseado, me lo ofrecieron hace un par de años cuando estaba haciendo ‘El difícil equilibrio’, un espectáculo que compaginaba con ‘El Eunuco’, la producción que estuvo en el Festival de Mérida, me lo ofrecieron ahí, y por suerte se retrasó. Esto me ha permitido hacerlo porque ya había terminado los otros dos trabajos, aunque de todas maneras hubiera dejado otros proyectos por hacer ‘Invencible’, es un proyecto muy deseado.
Deseado con la firma de Torben Betts, un británico contemporáneo, ¿qué quiere transmitir el autor al espectador?
Está hablando de que todos somos víctimas del sistema en el que vivimos, unos de una manera y otros de otra. En esa forma de contar incluye cómo nos relacionamos unos con otros dependiendo de la clase social de la que seamos, lo crueles que podemos llegar a ser entre nosotros, riéndonos… La obra presenta a dos matrimonios de clases sociales muy diferentes, viven cosas muy distintas, y ese encuentro hace que se vean las diferencias entre unos y otros, por ejemplo, las culturales.
A la dirección de Daniel Veronese, ¿cómo es trabajar con un director argentino?
Fantástico. Trabajar con un director argentino, y así lo he observado últimamente en las obras, implica que vas a ir a lo que hay dentro de los personajes, a los conflictos internos, cómo influyen, nuestras contradicciones… él se mete en el dolor, por eso la terapia es tan argentina y viene de allí. A él le gusta meterse en esos dolores que todos tenemos, de hecho la comedida está trabajada desde ahí, desde el drama interior de cada uno, lo que ocurre es que el público no está viendo un drama, sino una comedia o una tragicomedia que viene de ahí. Lo que hacemos es hacer reír, eso por encima de todo.
¿Reírnos de nuestras miserias?
Así es, totalmente. El teatro es un espejo de la vida y de los espectadores. Estás viendo la obra y te puedes ver reflejado o ver a un vecino o a un familiar o amigo, incluso el reflejo que ves tuyo puede llegar a ser incómodo, pero es una terapia que sana, muy sanadora, reírte de ti mismo está genial.
Y Jorge qué se considera ¿víctima o verdugo de la sociedad?
¿Quién yo? ¡Ui! Mira, ni víctima ni verdugo. Son dos papeles de los que hay que salir. Cuando eres víctima del sistema al final te puedes convertir en tu propio verdugo, ¡huyo de ser víctima cómo de la peste! Porque si no te puedes convertir en verdugo, si te haces la víctima no sales de los pozos donde te puedas meter.
Maribel Verdú, Jorge Bosh y Pilar Castro. ¡Vaya reencuentro!
Ha sido genial. Con Maribel coincidí hace años en un par de películas, con Jorge he trabajado en teatro una vez, al igual que con Pilar. Tenemos una relación muy buena de años, había muchas ganas de repetir con los tres, ha sido ¡un reencuentro feliz!
Y un consejo para el espectador que esta noche ocupe una de las butacas del Teatro-Auditorio ‘El Greco’.
Que vaya dispuesto a sorprenderse. La función va de sorpresa en sorpresa. No hay ningún momento en el que no pase nada o en el que haya una situación plana. El texto funciona, hay conflictos y acción, se van a divertir, seguro, aunque quizá haya gente que no lo haga, ese sería mi caso, no me divertiría tanto porque me puede tocar mucho. Pero bueno, que vayan dispuestos a emocionarse, intentamos que el público se emocione a través de la risa o de algún dolor que otro.