J. Guayerbas / Toledo
Sentarse unos minutos con Carmen Machi y compartir una charla sobre el teatro y el papel que la Cultura juega y debería jugar en la sociedad es un menú que engancha. No quieres que el tiempo pase, pues como ella dice, aún hay mucho por hacer, lo primero, dejar de hablar del IVA cultural y del 21 por ciento, una lacra que está ahí, que es una «putada», pero que no debe eclipsar el talento y los proyectos que día a día se ponen en marcha en los teatros de España. Y de talento precisamente viene cargado el último montaje de Ernesto Caballero. ‘La autora de Las Meninas’ se estrena este viernes en el Teatro de Rojas, una primicia nacional a la que le espera, seguro, un largo y exitoso recorrido por los corrales de comedia del siglo XXI.
Comentaba que es todo un lujo estrenar en Toledo, en el Teatro de Rojas, y más aún una obra que habla de patrimonio y arte en una Ciudad Patrimonio de la Humanidad. ¿Cómo está viviendo estas horas previas al estreno?
Excitación, excitación de la buena. Es la primera vez en mi vida que voy a hacer una función de estreno sin ninguna función previa, ¡imagina!, que no es malo tampoco, pero es excitante, es una obra que no está testada, algo que nos resulta muy interesante y que hemos querido que sea así. La función tiene los mimbres para que sea bien acogida.
¿Cuál será el papel del público? ¿Rompen la cuarta pared?
El público forma parte de la obra. Todas las funciones en las que se rompe la cuarta pared, y aquí se rompe, el público juega una baza vital aunque sea de manera inconsciente. La función la empieza el público y la acaba el público, siempre. El espectador tiene que venir al teatro a currar, a trabajar, no es sólo sentarse, son un actor más, cuando rompes la cuarta pared ocurre eso, y llevo unas cuantas de estas, ocurre que el silencio, las miradas, el aliento… se convierten en algo interesante y fundamental.
Ernesto Caballero avanza 20 años en el tiempo, presenta una Europa rota, una situación económica catastrófica… ¿es una obra premonitoria?
Os puedo decir que Ernesto cuando me envía la función fue hace ya año y pico, y la situación no era como ahora, o sea, no nos damos cuenta, la cosa apuntaba maneras, pero en este año y pico, casi dos años que han pasado, ha habido más vuelta de tuerca. Lo terrible es que la trama de Ernesto no es descabellada. Como arranque de premisa venden ‘Las Meninas’ para salir del escoyo… ¡qué horror todo! Pero si la gente no tiene para comer, pues vendemos el cuadro, es muy heavy. No sé si es una obra premonitoria, pero algo de visionaria tiene. Y ahí lo dejamos.
‘La autora de Las Meninas’ supone un reencuentro con Ernesto Caballero, tanto como director, como autor.
He hecho como ocho obras de Ernesto dirigidas por él, casi toda su obra, bueno, casi toda no porque tiene más (risas), es el director del Centro Dramático Nacional (CDN) y yo he estado rodando y rodando fuera, casi no nos veíamos, y eso que somos amigos, pero cuando me envió la obra y la leí, no lo dudé, dejé las cosas que tenía, hice el hueco para este año y llegó el reencuentro. Ha sido increíble, sabe tanto de todo, le da igual el tema, él lo sabe todo, le preguntes de lo que le preguntes, tiene una visión muy interesante y es uno de los grandes autores contemporáneos, y como director es absolutamente maravilloso, te deja hacer y te pide hacer disparates, aunque ya nada me resulta un disparate. Soy muy de trabajar con gente del disparate. El nivel de juego de Ernesto es muy alto.
Todo un lujo Carmen.
Totalmente, cuando el autor y el director es la misma persona, y está vivo, está ahí, es fantástico, él es capaz de olvidarse de que es autor cuando dirige, es una persona a la que admiro y necesaria en nuestra sociedad, su escritura no da puntada sin hilo, con textos ricos, y encima en esta obra nos hemos reunido gente interesante y maravillosa como Mireia Aixalá y Francisco Reyes.
La obra se acerca a la vanidad para convertirla casi en una protagonista más, pero Ernesto habla de un texto que es comedia. ¿Qué tiene la vanidad de cómico?
La vanidad puede ser patética (risas). La vanidad no es mala, puede ser hasta una virtud, ser vanidoso no quiere decir que seas chungo, ni egoísta, lo que pasa es que hay que tener cuidado con ella porque está para lo que está, unas veces hay que tirar de vanidad para sobreponerse a algo, incluso para defender y respetar lo que haces, es una manera de quererse, de ponerte en tu sitio y dar un golpe en la mesa, pero de ahí a que des un golpe en la mesa del otro, pues no. Tu vanidad no es decir que se eres más que otro, y sé de lo que hablo, los actores tenemos que tener mucho cuidado, y tener los pies en la tierra, porque como no te claves a la Tierra no te elevas más, y sobre todo, la vanidad tiene que aceptar la crítica, tiene que aceptar la negación y la disculpa, hay que mimarla para que juegue a favor.
Su papel es el de una religiosa, Sor Ángela. ¿Cómo se ha enfrentado al personaje?
De monja en teatro no había hecho hasta ahora. Trabajo mis personajes a través de la palabra, y en este caso, en el de la monja, según te vistes el hábito ya caminas de una manera, hablas de una manera… y sin provocarlo, es por el hábito, tienes una quietud y una paz interior diferente a la que puedes tener si te vistes de bombero. Más allá de esto, las monjas son mujeres normales y corrientes, personas que han optado por la libertad de decisión, así de sencillo, a mí me parecen seres de libertad, pues deciden marcharse a un convento, y el convento es su espacio de libertad. Sor Ángeles es una mujer encantadora, es copista, que las hay, excelsas y prodigiosas, aunque usan su arte para la Congregación a la que pertenecen y no para ellas, y esto en el texto de Ernesto genera un conflicto.
¿Qué se va a encontrar el público en ‘La autora de Las Meninas’?
Espero que se encuentre una obra que les haga reflexionar sobre algo necesario, sobre el momento en el que vivimos, también me gustaría que disfrutaran, de eso se trata, cuando la gente viene al teatro para mí ya es magia, es una maravilla, que decidan venir y pagar una entrada y dedicar un tiempo al teatro es un hecho por el que ya estoy agradecida. Ojalá salgan de la función habiéndose reído, emocionado, asombrado…
Habla de reflexionar sobre el momento en el que vivimos, ¿cuál es su reflexión acerca de la Cultura hoy en España?
Es una putada, más allá de pensar por qué nos ponen un IVA del 21 por ciento, o qué tiene en la cabeza, en qué piensan y qué piensan de la Cultura, es una putada que cada vez que se habla de Cultura, en vez de hablar de las actividades y movimientos culturales y del talento se tenga que hablar del IVA, eso me parece triste, y encima parece que sólo hablamos los artistas y vosotros los periodistas, nadie más se preocupa de la Cultura. La gente dirá que somos pesados, y es que el tema está enfocado de una manera muy peligrosa para la ciudadanía, quienes no tienen costumbre de consumir Cultura lo asociarán a queja en vez de a relax, se habla tanto del 21, del IVA, que creerán que se van a arruinar por ir a teatro, llegará un momento en el que habrá que dejar de hablar del tema.